domingo, 30 marzo, 2025
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LA FICCIÓN DE MILEI: LOS DATOS OFICIALES DEL INDEC SOBRE POBREZA NO RESISTEN LA REALIDAD

(Corresponsalía Buenos Aires) – El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) anunció con bombos y platillos una reducción de la pobreza del 7,8% y de la indigencia del 5,4% entre el segundo y tercer trimestre de 2024. El presidente Javier Milei no tardó en capitalizar los números, proclamando que su gobierno “sacó a 10 millones de argentinos de la pobreza”. Sin embargo, un análisis más riguroso de los datos de la Ciudad de Buenos Aires y estudios independientes revelan que la realidad está muy lejos del relato oficialista.

Los datos del Instituto de Estadística y Censos porteño (CABA) y el estudio de especialistas independientes desmontan la narrativa optimista del Gobierno y reavivan el debate sobre la credibilidad del INDEC, organismo que ya quedó en el ojo de la tormenta por sus inconsistencias en la medición de la inflación.

DATOS QUE NO CIERRAN: EL CASO DE CABA

Según el órgano estadístico de la Ciudad, el 28,1% de los porteños (868.000 personas) vivía en la pobreza durante el tercer trimestre de 2024, con un 11% (341.000 personas) en situación de indigencia.

En contraste, los “microdatos” de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) procesados por el Instituto Di Tella arrojaron cifras mucho más bajas: 15,3% de pobreza (460.000 personas) y apenas 2,1% de indigencia (64.000).

La diferencia entre ambas mediciones es abismal: 408.000 pobres y 277.000 indigentes adicionales según CABA. Este desfasaje pone en jaque el triunfalismo del Gobierno y deja expuesta una manipulación deliberada de los datos para alimentar la narrativa del “milagro mileista”.

UNA EVOLUCIÓN SOSPECHOSA

Mientras el INDEC sostiene que la pobreza cayó bruscamente en el tercer trimestre, los datos de CABA reflejan una baja mucho más moderada y realista. En el cuarto trimestre de 2023, la pobreza en la Ciudad era del 30,1% (928.000 personas), escalando al 35,1% en el primer trimestre de 2024. Para el tercer trimestre, había descendido al 28,1%, una reducción de apenas 4 puntos porcentuales.

En cambio, el INDEC asegura que la pobreza en la Ciudad cayó del 23,1% al 15,3% en el mismo período, casi duplicando la baja reportada por CABA. La divergencia en indigencia es todavía más extrema: el organismo porteño informó un 11% (341.000 personas) frente al insólito 2,1% del INDEC. “El INDEC sobreestimó el descenso”, admitieron fuentes del Gobierno porteño, quienes señalaron que la diferencia metodológica no alcanza para justificar semejante distorsión.

POR QUÉ LOS NÚMEROS NO CIERRAN

Existen al menos tres factores clave que explican la enorme brecha entre las cifras nacionales y las locales:

  1. Diferencias metodológicas: CABA incluye el costo de los alquileres para inquilinos, un gasto esencial que el INDEC ignora, inflando artificialmente el poder adquisitivo de los hogares.
  2. Inflación subestimada: Los índices de precios en la Ciudad superaron a los nacionales en 2024, erosionando los ingresos reales de las familias y agravando la situación de pobreza.
  3. Distribución geográfica de la muestra: La medición porteña pone el foco en los barrios más vulnerables del sur de la Ciudad, donde la pobreza es más marcada.

“Los barrios del sur concentran el 60% de los hogares pobres. Si el INDEC no actualiza adecuadamente la canasta básica o ignora factores como el alquiler, sus cifras pierden toda representatividad”, alertó un economista que participó en el estudio de Di Tella.

MILEI Y SU RELATO TRIUNFALISTA

El presidente Milei ha hecho de los datos del INDEC una bandera política para justificar su modelo de ajuste brutal. Sin embargo, legisladores opositores y expertos denuncian que las cifras oficiales están manipuladas. “No se puede festejar una caída de la pobreza cuando en las villas la gente está peor que nunca y no llega a fin de mes”, criticó un dirigente social de la Comuna 8.

El INDEC presentará el 31 de marzo los datos del segundo semestre de 2024 en un contexto de creciente escepticismo sobre su credibilidad. Mientras tanto, la brecha entre las cifras nacionales y las mediciones independientes sigue dejando al descubierto que la pobreza, lejos de haber sido derrotada, es otra víctima del relato oficialista.

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