La travesía que para la princesa Leonor se convirtió en un verdadero dolor de cabeza para la Casa Real. Y especialmente para la reina Letizia, que ve cómo cada escala del Juan Sebastián Elcano suma un nuevo episodio que pone en jaque la imagen pública de la futura reina de España.
Tan preocupada está Letizia por el qué dirán, que ordenó reformas en el emblemático velero con el objetivo de tener un control más estricto sobre los movimientos de su hija y su entorno, en especial su novio, también guardamarina.
Estas órdenes llegan luego de la polémica con las imágenes que se filtraron desde Brasil, donde se la vio de la mano de su pareja durante el carnaval, su presencia en un pub chileno consumiendo cerveza y la foto en bikini en una playa de Uruguay.
Para Letizia, estos episodios no son simples deslices juveniles. Son riesgos concretos para la proyección institucional de la monarquía, en un momento en el que cada gesto, cada publicación y cada foto tiene impacto viral y consecuencias políticas.
La preocupación de Letizia Ortiz por Leonor
Según medios especializados en la monarquía y fuentes militares, la reina Letizia no tiene confianza en el equipo de seguridad que acompaña a su hija. “Leonor ya no es controlable”, aseguran, y por eso la decisión de intervenir directamente en las condiciones del viaje.
Las reformas en el Juan Sebastián Elcano no son menores: se está mejorando la conectividad wifi y la cobertura de red en puntos clave como camarotes y hasta la enfermería para que Leonor no tenga excusas si su madre la llama en videollamada.
Además, se reforzó el monitoreo de la ubicación de los tripulantes. “Letizia quiere saber con exactitud dónde está Leonor en todo momento”, reveló un oficial vinculado al proyecto. La geolocalización en tiempo real es parte de un paquete de medidas inéditas para una embarcación de estas características, y responde exclusivamente a la preocupación de la reina por el desenlace que puede tener el viaje si no se toman cartas en el asunto.
Desde el entorno de la princesa, sin embargo, minimizan la situación. “Leonor no está haciendo nada fuera de lo que haría cualquier chica de 19 años”, insisten. Sin embargo, lo que para ella puede ser una escapada divertida o un gesto de afecto, para sus padres puede convertirse en un escándalo internacional.
VO