Las recientes declaraciones y tuit acerca de la evolución de la deuda pública de los gobiernos kirchneristas del diputado nacional Máximo Kirchner y el senador Eduardo «Wado» De Pedro generaron una gran polémica, lo que obligó a una fuerte contestación del ministro de Economía, Luis Caputo.
«Con la deuda a 100 años que tomó Caputo cuando era ministro de Macri, se podía construir el gasoducto. Ni uno de esos dólares fue a parar en algo útil para los argentinos», lanzó en su cuenta de X el senador el viernes pasado, lo que motivó la rápida réplica del ministro.
«Claro Wado, mejor dejar toda la deuda argentina venciendo a un día, indexada a más del 200 por ciento anual y financiando corrupción fiscal, como nos dejaron ustedes a nosotros. El tema es que para hacer eso, además de ser un burro, tenés que ser una basura y un corrupto. Por suerte los argentinos no tienen que preocuparse más, ya que nosotros no tenemos esos atributos que tanto los distingue a ustedes, y gracias a Dios no van a volver nunca más, porque una abrumadora mayoría de argentinos ya les sacó la careta y no los votan más…» contestó Caputo.
Para hacer un análisis de la evolución de la deuda pública desde el 2003 a la fecha, hay varios aspectos para destacar.
El primero es que el mayor aumento de la deuda pública medida en dólares se produjo en el Gobierno del Frente de Todos de Alberto Fernández y Cristina Fernández, entre diciembre de 2019 y diciembre de 2023, donde la deuda pública aumentó unos 100.000 millones de dólares.
El segundo es el periodo de mayor aumento en el kirchnerismo que fue último mandato de CFK entre el 2.011 y el 2015, donde el incremento fue de unos 70.000 millones de dólares, en tanto que en Gobierno de Cambiemos de Mauricio Macri la deuda pública aumentó unos 45.000 millones de dólares.
En ese periodo la deuda en dólares pasó a unos 325.000 millones que Alberto Fernández y CFK heredaron de Macri para dejarle un total de 425.000 millones de dólares de deuda al Gobierno de Javier Milei.
Lo más notable del último Gobierno kirchnerista de Alberto Fernández tuvo que realizar una reestructuración de su deuda en el 2.021 y además no cumplió con el acuerdo con el FMI que tuvo que renegociar el Gobierno de Javier Milei.
Según los últimos datos de la secretaria de Finanzas, la deuda pública bruta total de la Administración Central se redujo en mayo en USD 11.901 millones, y en la actualidad llega a unos 461.000 millones de dólares.
Esta baja representó un descenso del 2,53% respecto del nivel registrado en abril, constituyéndose en la segunda baja en 16 meses y la tercera en la gestión de Javier Milei.
Esa caída respondió al ingreso de fondos del acuerdo de Facilidades Extendidas con el FMI y otros organismos multilaterales, que se destinaron al rescate de Letras Intransferibles del Tesoro en manos del BCRA, operación que buscó fortalecer las reservas y facilitar la salida del cepo cambiario anunciada el 11 de abril, con vigencia desde el lunes 14.
Esos cambios determinaron un aumento de la deuda bajo legislación extranjera de USD 560 millones y una disminución de USD 12.461 millones en la deuda en moneda local.
Si se agrega el efecto de la caída de los depósitos oficiales en bancos para pago de vencimientos, que alcanzaron el equivalente de 13.220 millones de dólares , el resultado neto del mes fue un aumento de la deuda de la Administración Central de ubis 2.000 millones de dólares, principalmente por el efecto de la capitalización de bonos por 5.500 millones, aumento de la deuda ajustable por CER en un contexto de apreciación del peso en unos 1.400 millones de dólares, y diferencias de cambio negativas de unos 1.600 millones de dólares.
De acuerdo al informe mensual de la secretaría de Finanzas, las operaciones de financiamiento fueron de unos 15.800 millones de dólares y las cancelaciones de deuda sumaron otros 33.00 millones, resultando una reducción neta en el período de unos USD 17.000 millones de dólares.
En mayo se destacó la colocación de un nuevo título de deuda denominado Bonte 2030, para captar 1.000 millones de dólares en moneda extranjera. La licitación estuvo dirigida exclusivamente a inversores internacionales, y constituyó la primera emisión orientada al exterior en siete años.
«Esta operación se enmarca en una estrategia para reforzar las reservas internacionales y acercarse al cumplimiento de la meta con el Fondo Monetario Internacional (FMI)», destacó una fuente muy cercana al equipo económico a iProfesional.
La fuente agregó que «la operación no implica un aumento de la deuda bruta, ni tampoco neta. Solo un aumento del nivel de reservas en dólares del BCRA y una extensión significativa de duración de la deuda en moneda local».
Entre diciembre de 2023 y mayo de 2025, la deuda bruta de la Administración Central aumentó en unos 35.700 millones de dólares, pero al ajustar por los pasivos del BCRA transferidos al Tesoro y los depósitos oficiales acumulados en el sistema bancario, el stock consolidado se redujo en unos 39.150 millones de dólares.
Hay que destacar que en noviembre de 2023, los pasivos remunerados del BCRA legaban a unos 61.600 millones de dólares.
Luego tras ser absorbidos por el Tesoro y compensados con los depósitos generados por el superávit fiscal, la secretaria de Finanzas estimó una caída neta consolidada de unos 20.500 millones de dólares en los primeros cinco meses de gobierno un resultado que no registraba antecedentes desde el 2.007 en adelante.
De acuerdo con lo consultado por iProfesional a varios economistas, muchos de ellos tienen diferencias a la hora de en contabilizar la deuda pública y los resultados varían.
Si se considera la deuda bruta de la Administración Central, el promedio anual de endeudamiento del macrismo fue superior al registrado durante la segunda gestión de CFK, pero muy inferior a la del Gobierno de Alberto Fernández.
En tanto que si a la deuda bruta se le suman los pasivos monetarios del BCRA, la deuda promedio del macrismo resultó menor a las 2 gestiones kirchneristas.
En cambio, si en esta cuenta se excluye la deuda intrasector público, pero se considera la evolución de las reservas netas, el Gobierno de Alberto Fernández y CFK registra el mayor aumento de la deuda pública medida en dólares desde el 2.003 a la fecha.
Los economistas mantienen diferencias en torno a la forma de contabilizar la deuda de nuestro país. Una de las maneras más utilizadas es medirla como lo hace oficialmente la secretaria de Finanzas del Ministerio de Economía de la Nación, que contempla la evolución de la deuda bruta de la Administración Central y su comparación en relación con el Producto Bruto Interno (PBI).
Esta metodología oficial, que es la utilizada por organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), incluye el endeudamiento con agencias del sector público (como la ANSES y el BCRA, pero en este segundo caso sin considerar los pasivos), el sector privado (como bonistas que entraron a los canjes de deuda de 2005 y 2010, y los holdouts) y los organismos multilaterales (como el FMI y el Club de París).
En tanto, otros analistas recomiendan que también se compute como deuda del Estado nacional a los pasivos remunerados del BCRA, compuestos por los pases pasivos y las Letras de Liquidez (Leliq).
Por su parte, para contabilizar la evolución de la deuda otros economistas sugirieron considerar la deuda bruta de la Administración Central con el sector privado y organismos multilaterales, los pasivos del BCRA y la evolución de las reservas netas, dado que es el instrumento que permite tener solidez para afrontar pagos de deuda.
Para medir el endeudamiento durante el kirchnerismo, el economista Eduardo Levy Yeyati sugiere que lo más razonable sería seguir el derrotero de la deuda a partir de fines de 2005, ya que debido a los efectos de la devaluación de 2002 y el default, que alteraron los números de forma provisoria.
En 2005, durante la presidencia de Néstor Kirchner (Frente para la Victoria) la deuda pública argentina era de unos 154.000 millones de dólares y representaba el 80,5% del PBI, mientras que al finalizar el segundo mandato de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (Frente para la Victoria), la deuda pública llegaba a los 240.609 millones de dólares y representaba un 50% del PBI.
Por su parte, Andrés Borenstein, economista jefe de la consultora Econviews señala que a que para analizar la evolución de la deuda durante el kirchnerismo debe tenerse en cuenta el cepo al dólar.
«Durante el cepo duro, el PBI en dólares creció, pero gracias a un pisado y esto complica las cuentas porque, además de aumentar el PBI, también hace que la deuda en pesos se abarate» explicó el economista.
A fines de noviembre de 2019, días antes de la asunción de la fórmula Alberto Fernández y CFK, el stock de deuda pública de la administración central medido en dólares era de unos 325.000 millones, de dólares según los datos oficiales que contemplan toda clase de instrumentos (títulos públicos, préstamos, etc.).
En tanto que a fines de noviembre de 2023, el último mes completo de la anterior gestión, con Sergio Massa como ministro de Economía y candidato a presidente, ese stock había crecido a 425.000 millones de dólares, siempre según las cifras oficiales.
Los números muestran que el único periodo donde hubo desendeudamiento durante el kirchnerismo fue en el primer Gobierno donde bajo la gestión de Néstor Kirchner entre el 2.003 y el 2.007 se consolidó un proceso de desendeudamiento por el canje de deuda del 2005 y la cancelación de la deuda con el FMI por unos 10.000 millones de dólares.
De esas estadísticas también surge que una gran parte del aumento de la deuda pública al que hacen referencia Máximo Kirchner y Wado de Pedro se generó en el último y en el segundo y mandato del kirchnerismo donde Cristina Fernández de Kirchner tuvo un activo protagonismo como Presidenta en sus dos periodos entre el 2.007 y el 2.015 y como vicepresidenta entre el 2.011 y el 2.015.