La historia detrás de la gran conquista del entrenador que es una de las leyendas más importantes del fútbol argentino.
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La visión de Bilardo del día que se convirtió en una leyenda del fútbol argentino.
El 29 de junio de 1986 quedó grabado para siempre en la historia del fútbol argentino. Con Diego Maradona como emblema y Carlos Bilardo como líder estratégico, la Selección levantó la Copa del Mundo en México y desató una alegría colectiva que atravesó generaciones.
El recuerdo sigue vivo, no solo por el título, sino también por cómo se vivió aquel momento. En especial para Bilardo, que años después aún lo revivía con emoción en cada entrevista. Para él, lo que pasó fuera de la cancha fue tan impactante como lo que ocurrió en los partidos.
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Bilardo y Maradona le brindaron una gran alegría a todos los fanáticos del fútbol en Argentina.
El recibimiento de los fanáticos del fútbol que emocionó al histórico entrenador
El regreso al país fue uno de los momentos más intensos para Carlos Bilardo. La caravana desde el aeropuerto de Ezeiza hasta la Casa Rosada duró más de seis horas y fue seguida por una multitud. El micro con los jugadores apenas podía avanzar entre la gente que llenaba calles, avenidas y balcones.
Bilardo recordaba ese día como uno de los más conmovedores de su vida. Años más tarde, en una entrevista, contó que nunca imaginó una reacción así, y que el reconocimiento del pueblo argentino le resultó más valioso que cualquier premio. La emoción no pasaba solo por el logro deportivo, sino por sentir que había sido parte de algo colectivo y profundo gracias al fútbol.
Ese día no hubo diferencias ni distracciones. El país entero estaba mirando a los campeones. Y el Narigón, desde su lugar, supo que ese vínculo con la gente ya no se rompería nunca, algo que al día de hoy quedó demostrado con las constantes muestras de cariño que recibe.
Embed – Diego Armando Maradona levantando la copa del mundo en México 1986.
El mejor momento del mundial de 1986 según Carlos Bilardo
Aunque la final contra Alemania fue el broche de oro, Bilardo siempre destacó otro partido como el verdadero punto alto del equipo: el triunfo contra Inglaterra en cuartos de final. No solo por los goles de Maradona, sino por lo que representaba ese cruce a nivel simbólico y emocional.
“Ese día no podíamos perder. Era el partido que todos esperaban. Yo no dormí la noche anterior”, contó en una entrevista. También recordó el vestuario previo: “Los jugadores sabían lo que significaba, nadie hablaba mucho. Había silencio, pero también confianza”. Para el Narigón, la forma en que el equipo se impuso dentro de la cancha fue una prueba de carácter: “Ahí entendí que éramos campeones”.
Con el tiempo, siempre volvió a ese partido como el que mejor representó su idea del fútbol: intensidad, táctica, entrega total y una conexión emocional con el contexto. Más allá del resultado, sentía que aquel día la Selección tocó un techo difícil de repetir.