El ministro español de Transportes, Óscar Puente, realizó declaraciones abiertamente ofensivas contra los menores judíos franceses desalojados de un avión de Vueling en Valencia.
Con la habitual soberbia, el ministro no dudó en referirse a los menores como “niñatos israelís” (sic), dejando en evidencia un discurso impregnado de prejuicios y un lamentable tufo antisemita.
El incidente tuvo lugar después de que un grupo de unos 50 jóvenes judíos, de nacionalidad francesa, fuera obligado a abandonar un vuelo en circunstancias aún confusas.
Mientras los testimonios de los propios menores y otros pasajeros señalan que fueron expulsados injustamente por cantar en hebreo, la versión de la aerolínea apela a supuestas razones de seguridad.
| La Derecha Diario
En medio de esta controversia, el Club Kineret, organizador del campamento juvenil, anunció acciones legales contra Vueling por lo que considera una actuación “brutal” e “injustificada”.
Pero el verdadero escándalo surgió con la reacción de Puente en redes sociales.
En respuesta a un comunicado de Vueling, el ministro escribió en X: “¿Los patriotas estarán con Vueling? ¿los de la Ley y orden con la seguridad aérea?, ¿los xenófobos estarán con la compañía española? ¿o todos juntos haciendo piña estarán con los niñatos israelís?”.
Las palabras del ministro fueron rápidamente condenadas por la asociación Yad Vashem España, que recordó que los menores no son israelíes, sino ciudadanos franceses, y denunció que esta confusión deliberada entre nacionalidad y religión constituye antisemitismo.
“Mientras cada año huyen de Europa miles de familias judías amenazadas, se espera de un representante público respeto y que no aliente el odio”, señaló la institución.
No es la primera vez que Puente exhibe su estilo soez e impropio de un cargo gubernamental.
Su historial está plagado de salidas de tono, como sus insultos al presidente argentino Javier Milei, a quien acusó públicamente de “ingesta de sustancias”, desatando una crisis diplomática entre España y Argentina.
Además, la sombra de la corrupción planea sobre el ministro: el informe de la UCO sobre el Caso Koldo lo menciona en conversaciones en las que se le vinculaba a posibles adjudicaciones de obras públicas, con el objetivo de obtener “medio kilo fácil”.
El comportamiento de Óscar Puente es una mancha más en el ya ensuciado Gobierno español, pero además normaliza un discurso antisemita intolerable en un contexto europeo donde los ataques contra judíos están en aumento.
Su desprecio hacia unos menores de edad, combinado con los escándalos de corrupción que lo rodean, lo convierten en un símbolo de una degradación ética más en el actual gabinete de Pedro Sánchez.
¿Hasta cuándo podrá un ministro con semejante historial seguir hablando con impunidad?