La paciencia de los correntinos se agota. Mientras las rutas provinciales se desmoronan y los siniestros viales se multiplican, la indignación crece ante la inacción de Vialidad Nacional. La situación es crítica, especialmente en la traza de la Ruta Nacional Nº 14 denominada «la ruta de la muerte», donde la comunidad se ve obligada a tomar las riendas ante la ausencia total del Estado.
El presidente del Consejo de Desarrollo Económico de Corrientes, Miguel Zaluski no anduvo con rodeos: «A nosotros nos compete Corrientes y debemos tener las rutas de Corrientes en las mejores condiciones», sentenció en una reciente entrevista con LT7. La cruda realidad, según sus palabras, es que Vialidad Nacional «abandonó las rutas hace más de 20 años», transformando la red vial en «un desastre total».
La desesperación llevó a los vecinos de Virasoro y Garaví a una medida insólita: empresarios con motoniveladoras y palas salieron en plena lluvia a limpiar banquinas, repletas de tierra y maleza que impedían el escurrimiento del agua, generando peligrosos charcos. Una postal de la autogestión frente a la desidia oficial.
EL DRAMA DE
LOS SINIESTROS
La zona del Paraje Playadito se convirtió en un punto rojo. Recientemente, un camión volcó allí, siendo el cuarto siniestro de gravedad en la misma semana. Afortunadamente, no hubo pérdidas de vidas, pero los incidentes son un recordatorio constante de los riesgos. Defensa Civil de Virasoro y los bomberos de Colonia Liebig trabajaron en conjunto colaborando para asistir en estos siniestros.
ALERTA ROJA
«Lo principal es alertar a la gente que transite con precaución, que transite despacio», imploró Zaluski. Sin embargo, la advertencia parece caer en oídos sordos. «Mientras se levantaba el camión volcado y se intentaban despejar las banquinas, vehículos pasaban a 100 kilómetros por hora», ignorando las señales y la presencia de los trabajadores, detalló. La imprudencia, sumada al estado de las rutas, trae consecuencias fatales. «Son los próximos a morirse, seguramente», sentenció Zaluski con dolorosa resignación.
¿DÓNDE ESTÁ
VIALIDAD
NACIONAL?
La inacción de Vialidad Nacional -de acuerdo al entrevistado- es el principal blanco de las críticas. El organismo responsable del mantenimiento de estos caminos vitales, parece estar en un limbo. Zaluski relató un episodio al que calificó como una «tomada de pelo»: «Una camioneta nueva, flamante de Vialidad, con cuatro personas, un balde y ‘una mezcla blanda’, intentó tapar pozos en el ejido urbano de la ciudad de Virasoro, que precisamente es atravesada por la Ruta Nacional Nº 14. El resultado: el relleno se fue con la primera llovizna, ‘se lavó’, evidenciando la falta de seriedad y el abandono».
Pero, por si fuera poco, «lo más indignante», según Zaluski, es la existencia de un campamento de Vialidad Nacional en Santo Tomé, a escasos 600 metros del acceso a la ruta 14. Allí, máquinas modernas e impecables permanecen paradas, mientras la ruta se desintegra a pocos metros. Un claro ejemplo es la estación de servicio cercana, cuyo suelo cubierto con canto rodado llega hasta la mitad de la ruta, rompiendo el pavimento con el paso de los vehículos y el agua. «Ellos, -por el personal de Vialidad-, pasan todos los días por ahí, no son capaces de meterle una máquina o con una pala sacar el canto rodado a la banquina», lamentó Zaluski.
Un poco más allá, a unos 400 metros del corralón de Vialidad, el agua cruza la ruta de lado a lado, justo frente a la usina de la Dpec (Dirección Provincial de Energía de Corrientes).
Asimismo, detalló que en Virasoro, la travesía urbana de tres kilómetros está completamente deformada, con la tierra asomando bajo el pavimento. La situación es desesperante y los reclamos se acumulan. La primera nota, dirigida al Presidente de la Nación, data de julio del año pasado, suplicando intervención para que la gente no siga muriendo.